Monday, February 26, 2007

Yaris

De todas las persecuciones automovilísticas que he visto en la historia del celuloide y de la TV hay dos que prevalecen en mi memoria. La primera es la que abre un episodio de la serie "Remington Steele"-el nombre del episodio, lamentablemente, no lo recuerdo, pero estimo que debe haber sido alrededor de la cuarta o quinta temporada (1985-86). La segunda es la que tiene lugar en el filme "To live and to die in LA" de William Friedkin, tambien realizada en los años ochenta.

Un loco al volante. La chola metida hasta el fondo. Un carro que corta el viento y que esquiva cuanta verga se atraviesa. Y, más atrás, el otro loco -porque siempre vienen en pares- que le persigue muy cerca pero que ni aún así logra alcanzarle.

No hay duda de que en ambos casos la efectividad de esas escenas se debía en gran parte no tanto a su espectacularidad como a su aporte a la trama. Eran los años ochenta, una época en la que los escritores entendían que la persecuciones debían ser consecuencias derivadas de una escalada del conflicto y no un truco barato añadido por el simple gusto de captar momentáneamente la atención de las masas.

Es la reflexión que me ha venido a la mente luego de ver este comercial donde la Toyota demuestra una vez más que no sólo concibe los autos más seguros y funcionales del mercado sino que también presenta sus productos con campañas mediáticas muy bien conceptualizadas.

Agárrense duro porque estos japoneses se metieron su buen puñal de cultura occidental...

 

Free Blog Counter
Poker Blog